Un día como hoy, pero 75 años atrás, el arco de River le daba la bienvenida a una joven promesa del club por esos años. Considerado como el inventor del puesto, e inventor de la frase “el de River es el arco más grande del mundo”, Don Amadeo Carrizo se convirtió, con el tiempo, en uno de los ídolos más importantes de la historia del club.
Durante 1945, River transitaba un muy buen andar en el campeonato. Contaba con un gran plantel y, sobre todo, seguía disfrutando de La Máquina, aunque con la variante de Alberto Gallo, en el lugar de José Manuel Moreno. En el arco, el equipo que dirigía Carlos Peucelle estaba más que protegido, con Héctor Grisetti y José Soriano, aunque un joven Amadeo ya empezaba a asomar en la primera.
Su debut llegó en un clásico ante Independiente, disputado en Avellaneda, en lo que fue la tercera fecha del campeonato de 1945. River ganó el partido por 2-1, con goles de Ángel Labruna y Gallo. Si bien no se asentó como titular, y tuvo que volver a su categoría, Don Amadeo celebró ese año su primer título oficial, como jugador de River.
El joven de Rufino volvió a ser titular al año siguiente, en la visita a Ferro Carril Oeste, por la sexta fecha del campeonato. Fue entonces cuando se adueñó definitivamente del arco riverplatense, del cual nunca volvió a salir.
Don Amadeo ganó nueve títulos en sus 21 temporadas consecutivas, defendiendo el arco riverplatense. También estableció el récord de 769 minutos sin recibir goles, estadística que mantuvo durante mucho tiempo, hasta que Franco Armani, el actual defensor de la valla millonaria, lo superó. Fue pionero en el uso de guantes, y en salir del área, para jugar como líbero.
Fuera de las canchas, fue el inspirador y mentor de grandes arqueros de River, como Ubaldo Fillol, Nery Pumpido, Germán Burgos y Marcelo Barovero. En 2013, fue declarado presidente honorario de la institución, reconocimiento que mantuvo hasta el día de su fallecimiento.
Por Nicolás Zurita | En Twitter: @NicolasVZ
